En 1970, Carol Downer, ama de casa y madre de 6 hijos estuvo trabajando en el comité de aborto en la sección de Los Ángeles de NOW (Organización Nacional de la Mujer). Ella explicaba que una mujer de un grupo estaba trabajando en una clínica ilegal de abortos en Santa Mónica. Se dio cuenta que el aborto no era tan difícil como parecía y sugirió que hiciesen los abortos ellas mismas.

Un día Carol fue a la clínica con esta mujer y su hija que iba a insertarse un DIU. De golpe Carol se encontró en la sala de operaciones donde la mujer joven estaba en la mesa de examinación con el espéculo insertado. Carol recuerda: “eché una mirada a su cérvix y estaba impresionada. Era un choque para mí ver lo simple que es nuestra anatomía. En este momento todo tuvo sentido. Habiendo leído The abortion handbook, me di cuenta de que si las mujeres tenían alguna información básica sobre sus cuerpos podían cuidarse a ellas mismas sin tener que depender de abortos ilegales”.

Carol y un pequeño grupo de activistas organizaron un evento llamado Self-help clinic (Clínica de auto-ayuda) en la librería Everywoman en Venice Beach el 7 de abril de 1971. “Para nosotras, [self-help] significa tomar el control de nuestros cuerpos y nuestra salud”.

Lorraine Rothman, una profesora de la escuela pública de Orange County, en el sur de los Ángeles y madre de 4 hijos recuerda su primera reunión en la Self-help Clinic. “Había leído un artículo en Everywoman’s newspaper que explicaba que habían mujeres en los Ángeles haciendo abortos. Yo pensé, por supuesto, ¿qué hacían las mujeres antes de que hubiese doctores? No puede ser tan difícil. Dejemos de lado la frustración y humillación de intentar persuadir a los poderes que tendrían que legalizar el aborto. Simplemente cojamos la tecnología, las herramientas, y lo que necesitemos…”. En las semanas anteriores a la primera Self-help clinic Carol y otras mujeres del grupo habían visitado una clínica de aborto clandestino llevada por Harvey Karman en Santa Mónica. Karman, quien el grupo descubrió después que no era un médico, fue uno de los más activos proponiendo una nueva técnica abortiva no traumática de succión que usaba una cánula flexible de plástico (un tubo fino del tamaño de una pajita que puede ser insertado en el útero) y una jeringa usada para hacer succión y recoger el contenido uterino. Los que proponían esta técnica generalmente recomendaban el uso de un curette, un instrumento que parece una cuchara afilada usada en las D&Cs1. En la primera reunión de la Self-help clinic, unas treinta mujeres se sentaron en círculo en el suelo. Cuando Carol habló dijo que tenía algo especial para compartir con el grupo. Se subió a una mesa e insertó un espéculo de plástico en su vagina y demostró a las emocionadas espectadoras lo accesible que era el cérvix de una mujer. Lorraine recuerda que “después de eso, la discusión cambió. Hablamos de ocuparnos de nuestra propia salud”. Una mujer había comprado una cánula y una jeringa larga de plástico sin aguja de la clínica de aborto de Karman y la mostró al grupo. Lorraine observó inmediatamente que el aparato tenía dos limitaciones obvias, “por un lado, el contenido uterino pasaba directamente de la cánula a la jeringa. Si la jeringa se llenaba, la cánula tendría que sacarse para que la jeringa se pudiese vaciar. Esto era incómodo para usar y para la mujer. Yo pensaba que tenía que haber una manera mejor”.
Extracción Menstrual
una mujer teniendo un chequeo de tamaño de utero antes de la extracción menstrual
una mujer insertándose un especulum
una ayudante insertando la canula
una mujer sosteniendo la canula con unos forceps en forma de anillo
la canula insertada en el utero
la mujer a la que se le practica la aextracción menstrual, bombéa el del-em (extractor menstrual)
Texto traducido del fanzine “Free to Choose. A guide to reproductive freedom”

Notas para la lectora

Todos los procedimientos de salud casera, incluyendo la extracción menstrual (EM), bajo ciertas circunstancias, acarrean ciertos riesgos aunque se haga correctamente. Este panfleto tiene una intención educativa aunque hay que ser consciente de que son procedimientos que se tienen que aprender bien antes de utilizarlos. El mensaje central es que las mujeres sin una base médica especializada puedan aprender a llevarlo a cabo, aunque su entrenamiento debería incluir: el trabajar con un grupo durante un tiempo aprendiendo directamente sobre la anatomía y función reproductiva femenina; autoeducación utilizando textos y revistas médicas; investigación independiente y la accesibilidad del aborto en áreas cercanas; la localización del personal médico para proveer consulta y asistencia; un grupo de mujeres dedicada a la discusión de la lucha de las mujeres por la libertad de la reproducción y una valoración periódica de los objetivos del grupo; y debería incluir, si fuese posible, observación personal de un aborto clínico, para estar familiarizada con las diferencias y similitudes entre la extracción menstrual y los procedimientos clínicos. La valoración beneficio/riesgo variará según la situación. Las autoras han intentado explicar los riesgos comunes que pueden encontrarse un grupo o individuo (aunque son estadísticamente bajos), y otros riesgos más raros que cuando aparecen pueden ser muy serios. La lectora tendrá que valorar los riesgos y los beneficios, dependiendo de la situación en la que se encuentre para poder tomar una decisión informada.
Desarrollo de la EM

La EM se desarrolló como técnica para ayudar a las mujeres a controlar su ciclo menstrual, y por tanto, su vida reproductiva. El día en que la mujer espera su periodo menstrual, el contenido del útero se succiona con cuidado, suavizando y acortando el periodo esperado. Si un óvulo ha sido fertilizado durante las semanas previas, también se succionará. Tratándose de funciones corporales normales, EM no es un tratamiento médico, es una técnica de salud casera, muy similar a la autocateterización y otras rutinas de mantenimiento de salud.

La prensa sensacionalista ha llamado a la EM “autoaborto” o “aborto hazlo tú misma”, pero estas palabras son engañosas. Para empezar, debido a la localización del útero, es virtualmente imposible para una mujer, hacerse la EM a sí misma. Para hacer el procedimiento de forma segura y correcta, una mujer necesita la ayuda de una o más mujeres que estén entrenadas y tengan experiencia en EM. En este sentido, es tan apropiado llamar “autoaborto” a la EM como sería llamar “autonacimiento” a un parto en casa. Lorraine Rothman, una de las mujeres que desarrolló la EM explica que el nombre de EM se eligió “porque es una descripción del proceso”.

En 1970, Carol Downer, ama de casa y madre de 6 hijos estuvo trabajando en el comité de aborto en la sección de Los Ángeles de NOW (Organización Nacional de la Mujer). Ella explicaba que una mujer de un grupo estaba trabajando en una clínica ilegal de abortos en Santa Mónica. Se dio cuenta que el aborto no era tan difícil como parecía y sugirió que hiciesen los abortos ellas mismas.

Un día Carol fue a la clínica con esta mujer y su hija que iba a insertarse un DIU. De golpe Carol se encontró en la sala de operaciones donde la mujer joven estaba en la mesa de examinación con el espéculo insertado. Carol recuerda: “eché una mirada a su cérvix y estaba impresionada. Era un choque para mí ver lo simple que es nuestra anatomía. En este momento todo tuvo sentido. Habiendo leído The abortion handbook, me di cuenta de que si las mujeres tenían alguna información básica sobre sus cuerpos podían cuidarse a ellas mismas sin tener que depender de abortos ilegales”.

Carol y un pequeño grupo de activistas organizaron un evento llamado Self-help clinic (Clínica de auto-ayuda) en la librería Everywoman en Venice Beach el 7 de abril de 1971. “Para nosotras, [self-help] significa tomar el control de nuestros cuerpos y nuestra salud”.

Lorraine Rothman, una profesora de la escuela pública de Orange County, en el sur de los Ángeles y madre de 4 hijos recuerda su primera reunión en la Self-help Clinic. “Había leído un artículo en Everywoman’s newspaper que explicaba que habían mujeres en los Ángeles haciendo abortos. Yo pensé, por supuesto, ¿qué hacían las mujeres antes de que hubiese doctores? No puede ser tan difícil. Dejemos de lado la frustración y humillación de intentar persuadir a los poderes que tendrían que legalizar el aborto. Simplemente cojamos la tecnología, las herramientas, y lo que necesitemos…”. En las semanas anteriores a la primera Self-help clinic Carol y otras mujeres del grupo habían visitado una clínica de aborto clandestino llevada por Harvey Karman en Santa Mónica. Karman, quien el grupo descubrió después que no era un médico, fue uno de los más activos proponiendo una nueva técnica abortiva no traumática de succión que usaba una cánula flexible de plástico (un tubo fino del tamaño de una pajita que puede ser insertado en el útero) y una jeringa usada para hacer succión y recoger el contenido uterino. Los que proponían esta técnica generalmente recomendaban el uso de un curette, un instrumento que parece una cuchara afilada usada en las D&Cs1. En la primera reunión de la Self-help clinic, unas treinta mujeres se sentaron en círculo en el suelo. Cuando Carol habló dijo que tenía algo especial para compartir con el grupo. Se subió a una mesa e insertó un espéculo de plástico en su vagina y demostró a las emocionadas espectadoras lo accesible que era el cérvix de una mujer. Lorraine recuerda que “después de eso, la discusión cambió. Hablamos de ocuparnos de nuestra propia salud”. Una mujer había comprado una cánula y una jeringa larga de plástico sin aguja de la clínica de aborto de Karman y la mostró al grupo. Lorraine observó inmediatamente que el aparato tenía dos limitaciones obvias, “por un lado, el contenido uterino pasaba directamente de la cánula a la jeringa. Si la jeringa se llenaba, la cánula tendría que sacarse para que la jeringa se pudiese vaciar. Esto era incómodo para usar y para la mujer. Yo pensaba que tenía que haber una manera mejor”.

Curette Espéculo

Lorraine se llevó el aparato a casa y dedicó la semana siguiente buscando en ferreterías, supermercados, laboratoriocourette especulo químicos y tiendas de acuarios. Ella llevó su versión del aparato a la segunda reunión de la Self-help clinic. El aparato modificado consistía en una cánula y una jeringa larga (50-60 cc) para hacer la succión, pero la versión de Lorraine tenía dos tubos, uno que iba de la cánula a un bote colector y otro de la jeringa al bote. Cuando se apretaba la jeringa se creaba un vacío en el bote y el contenido del útero se succionaba al bote en vez de a la jeringa. Una válvula by-pass automática de dos vías, que Lorraine consiguió de un catálogo científico por mail, prevenía que el aire fuera hacia el útero otra vez. Ella bautizó el aparato como “Del-EM”.

Carol recuerda que “estábamos emocionadas mirando el aparato. Enseguida se corrió la voz sobre esta nueva técnica. Estábamos aprendiendo a medir el tamaño de un útero embarazado y no embarazado y practicábamos mucho. Pero para las mujeres que estaban embarazadas estábamos haciendo demasiados abortos incompletos y queríamos saber más”. Carol había oído sobre el doctor Franz Koomey, el doctor del estado de Washington que había protagonizado la lucha para legalizar el aborto ahí y que usaba paramédicos (tipo enfermeros) en sus clínicas. “Mencioné Koomey a Lorraine una noche y ella simplemente dijo “Let’s go” ”. Al día siguiente se fueron en el coche de la familia Rothman al Pacific Northwest (zona del noroeste de los EEUU). Lorraine recuerda riendo “solo le dije a mi marido que necesitaba el coche para un par de semanas. Estaba asustada de que me dijese que no”. Carol y Lorraine trabajaron en la clínica de Koomey durante varios días observando abortos. Carol dice “el doctor Koomey tenía una buena reputación merecida como activista, pero nos sorprendió que aún usase curettes y cánulas largas y rígidas que requerían que el cérvix se dilatase mucho antes de que se pudiera insertar. A las mujeres no se les daba anestesia, consecuentemente tenían mucho dolor” (las operaciones sin anestesia era un constante en los abortos ilegales porque las mujeres tenían que irse del lugar rápidamente y por eso tenían que poder moverse). Un día Koomey invitó a Carol y Lorraine para hacer las operaciones bajo su supervisión. Ellas encontraron la operación D&C sin anestesia excesivamente bestia. Lorraine dice que “al final del día teníamos mucha experiencia pero estábamos más convencidas que nunca que la operación de succión era la forma más adecuada”.

La EM hizo su debut público en la conferencia de NOW en Santa Mónica en agosto de 1971. Las organizadoras de la conferencia pensaban que el tema era demasiado chocante y no les dieron el espacio para exponerlo. The west-coast sisters, tal como eran conocidas, pusieron octavillas anunciando demostraciones de la intervención en su habitación del hotel.

Lorraine explica que “las mujeres se amontonaban. El primer día se apretujaron 20 mujeres o más para cada demostración. Al día siguiente hacían cola en el pasillo. Estuvimos haciendo demostraciones todo el día hasta que estuvimos exhaustas”. Las mujeres dejaron el maratón EM con espéculos de plástico adquiridos en pequeñas bolsas de papel y el grupo Self-help adquirió una lista nacional de correspondencia. Siguiendo la lista, Carol y Lorraine hicieron una gira nacional viajando por bus y vendiendo espéculos transportados en cajas con la palabra “juguetes” escrita. Fueron a 23 ciudades en 6 semanas expandiendo las palabras autoexaminación, EM y autoempoderamiento.

Lolly Hirsch de Stanford Connecticut, una trabajadora doméstica y madre de 5 hijos fue una de las mujeres que fue a una demostración de EM en la conferencia de NOW en Santa Mónica. Lolly y su hija Jeanne, vieron inmediatamente las implicaciones de la EM. Jeanne explica que “los aspectos del autoempoderamiento eran fenomenales. Mi madre y yo, y luego mis hermanas, estábamos convencidas y comprometidas”. En los diez años siguientes Lolly y Jeanne empezaron varios grupos de Self-help en el área de Stanford, empezaron a hacer charlas en las universidades y publicaron un diario titulado “The monthly extract: An irregular periodical”.

orgsexfem_aparato autofabricado

Carol Downer recuerda que “varias mujeres que conocimos en la gira se trasladaron a los Ángeles y se unieron a la lucha. Todas compartían nuestra visión de cambiar las vidas de las mujeres y tenían la fuerza y el intelecto para poder hacerlo”. El grupo, que había perdido algunas de las miembros originales y ganado otras nuevas, fundaron The Womyn’s Abortion Referral Service con el acrónimo WARS. Hicieron un trato con un doctor que trabajaba en un hospital donde les “permitía” realizar los abortos de forma abierta.

Después, repentinamente, el 22 de enero de 1973 después de 2 años de indecisión y equivocación, la audiencia suprema de los EEUU anunció su decisión en el caso de Roe vs Wade2.

Carol dice que “esto cambió todo drásticamente. Nos prestaron dinero, contratamos un doctor y abrimos una clínica”. En marzo de 1973, WARS se convirtió en Women’s Choice Clinic of the Feminist Women’s Health Center. En julio, Lorraine abrió otra clínica en Santa Ana cerca de su casa en Orange County. Otros Feminist Women’s Health Centers se abrieron en los siguientes dos o tres años en Chicago, San Diego, California, Pórtland, Oregon, Tallahassee, Florida y Atlanta Georgia. Y más tarde en Yakema Washington formando finalmente la Federation of Feminist Women’s Health Center.

Después, y por un tiempo, Carol, Lorraine y sus compañeras centraron su atención en dirigir clínicas de abortos legales y trabajar en el amplio cambio de la salud reproductiva (abortos seguros del segundo trimestre, partos centrados en la mujer, copa cervical…) a nivel local, estatal y nacional. Dejaron de lado la EM. Las mujeres se aprendieron la técnica y unas pocas, quizás casi un millar, mantuvieron sus capacidades “por si acaso”.

Después de la legalización del aborto, las clínicas proliferaron por toda la nación. A mitad de los 70 un 75% de las provincias de los EEUU tenía una clínica de aborto. Debido a la accesibilidad del aborto en todas partes, los doctores asumieron que ya no había la necesidad de que las mujeres estuvieran preocupadas por controlar su salud y a veces fueron críticos con el interés de la EM, especialmente porque no había estudios sobre su seguridad y efectividad.

Para combatir esta crítica Carol y Lorraine contactaron con varias organizaciones de investigación para buscar fondos para hacer un estudio. El único doctor que se interesó fue el doctor Christopher Tietze, el experto en aborto y contracepción del Population Council, una organización de política social fundada por la familia Rockefeller. Carol recuerda que “el doctor Tietze estaba muy intrigado por la EM y nuestra experiencia con él y nos animó a presentar una propuesta. Pedimos una ayuda pero la fundación rechazó financiar el proyecto con la excusa de que no eran “servicios directos” ”. La EM se convirtió en la práctica mantenida por un pequeño grupo de mujeres que trabajaban incansablemente porque continuaban creyendo en la importancia del autoempoderamiento.

Cuando falla la contracepción

En 1977, cuando el régimen de Allende fue derrocado en Chile, un grupo de activistas conocidas en el campo de la salud de la mujer, incluyendo la autora feminista Bárbara Ehnenreich, Sally Guttmacher (una conocida defensora de la salud de la mujer y profesora de educación de la salud en New York University) y Bobby Ortiz (editora asociada del Monthly review durante largo tiempo) formaron Action for Women in Chile (WIC) a raíz de la preocupación de las condiciones de las presas políticas. Este grupo empezó trabajando con un grupo chileno que habían preguntado por información sobre el aborto. Las mujeres chilenas estaban particularmente interesadas en encontrar técnicas de autoayuda que podían ser útiles para las presas políticas que habían sido violadas en prisión. Ehnreich pasó su petición a Carol Downer y sus colaboradoras. Suzann Gage, una trabajadora del campo de la salud en una clínica de los Ángeles e ilustradora de los libros del Centro sobre la salud de la mujer dijo que “estábamos al corriente de las medidas drásticas que las mujeres utilizaban a veces para controlar sus vidas. También sabíamos que con suficiente información, las mujeres podían hacer abortos ellas mismas de forma segura y con éxito. Me animé a poner esta información de forma visual y así podía ser entendida por cualquier mujer, sin que importara la lengua que hablase”.

Suzann habló con mujeres que habían hecho el EM, y con otras que estaban familiarizadas con hierbas y con otras técnicas abortivas. También buscó en The Abortion Handbook información sobre técnicas de Self-help. Después de estar trabajando todo el día en la clínica, Suzann se pasaba las noches dibujando y escribiendo textos explicativos. Cuando acabó el texto, que tenía una forma muy fácil para reproducir y difundir (hojas grapadas), se lo pasó a las mujeres de WIC, las cuales lo enviaron a sus contactos en Chile.

Suzann dice “Este libro era muy simple. La intención era que llegase a mujeres que eran self-helpers. Al mismo tiempo, queríamos que esta información se conservase para mujeres que no tuvieran mas opciones”.

A través de los años y en varios formatos, esta información se ha traspasado entre mujeres por todo el mundo; en Chile, México, Nicaragua, la mayoría de los países de Europa, Australia, Nueva Zelanda, Japón e Irán. En 1979, la copia mecanografiada y publicada por la Speculum Press como “When Birth Control Fails” (cuando falla la contracepción) se convirtió rápidamente en un clásico clandestino, y después de la decisión Webster en 1989 apareció brevemente, pero ahora esta descatalogado.

Otros usos de la EM

Las que en un inicio propusieron EM obtuvieron información muy valiosa sobre sus cuerpos y sus ciclos menstruales que de otra forma solo era accesible, si es que existía, en textos médicos. Vieron que podían acortar y disminuir significativamente un periodo menstrual normal con un sagrado abundante lo qual podía ser de gran ayuda para las atletas, viajantes, campistas, revolucionarias- cualquier mujer a quien una regla larga y con un sangrado abundante pudiera ser un inconveniente sustancial. También observaron que si lo usaban de forma regular, la EM podía ser usada como anticonceptivo similar a un D.I.U., para prevenir la implantación de un ovulo fertilizado. En breve, se dieron cuenta que el ser capaces de extraer el contenido del útero de forma segura proveía una medida de control reproductiva que pocas mujeres habían podido imaginar.

Val, una terapeuta de masaje, combinó la EM con conocimientos de fertilidad durante muchos años. Los conocimientos de la fertilidad implican la observación de la secreción cervical, la temperatura basal del cuerpo, y varios signos corporales que indican la ovulación. Saber el tiempo preciso de la ovulación puede ser útil para evitar el embarazo, evitando practicar el sexo 24 horas después de la ovulación. Los conocimientos sobre fertilidad también son útiles para aumentar las posibilidades de quedar embarazada identificando el tiempo fértil y coordinándolo con sexo o inseminación artificial. “Mis reglas fueron poco regulares, viniendo cada 27 a 35 días. Los conocimientos sobre fertilidad me dieron más información y control sobre mi ciclo de lo que habría podido imaginar, pero aun habían momentos en los que no podía decir cuando había ovulado. Debido a la variabilidad de mi ciclo, pasé mucho tiempo en suspense preguntándome si me bajaría la regla. Cuando empecé con la EM, si mi regla no había bajado por el día 35, yo llamaba a mi grupo Self-help y hacía una extracción. Una vez resultó que estaba embarazada, pero la extracción me pareció tan normal como cuando quería que me viniese la regla”.

La EM tiene claramente una variedad de usos y consecuentemente, tiene implicaciones significativas para la salud de las mujeres. La siguiente sección habla de cómo esta simple técnica se ha adaptado a escala global con el fin de salvar la vida de muchas mujeres.

La regulación menstrual en los países del sur

Al mismo tiempo que la EM se estaba desarrollando en California, los activistas internacionales de planificación familiar empezaron a usar un método muy parecido de control de la fertilidad en los países pobres. La técnica tenía varios nombres, “minisucción”, “inducción menstrual” o “espiración menstrual”. Aún así el nombre mas utilizado hoy en día es regulación menstrual (RM). Como la EM, la intervención se hace frecuentemente sin un test del laboratorio que confirme el embarazo. RM también se puede usar para enseñar a las mujeres sobre su anatomía y fertilidad; para diagnostico de cáncer uterino, alteraciones menstruales, e infertilidad; y para completar abortos autoinducidos o incompletos.

Una diferencia distintiva entre las prácticas de RM y EM es en el equipo que se usa. El DEL-EM usado con la EM esta ensamblado individualmente (puedes hacerlo tu misma) mientras que el kit usado para la RM esta producido comercialmente. Con este kit, el contenido uterino se succiona directamente desde la cánula a la jeringa mientras que en el DEL-EM, los contendidos se succionan a través de la cánula y un tubo de plástico en un bote colector.

En el inicio del uso de esta técnica, a los profesionales mediaos y a los expertos en planificación familiar les quedó claro que los paramédicos y cualquier persona con una educación mínima podría aprender a usar el aparato de succión manual de forma segura y efectiva. Hoy en día, el entrenamiento en la mayoría de los países es de una a tres semanas u ocasionalmente mas larga, y se hace de una forma formal, incluyendo clases, demostraciones, y prácticas supervisadas; y una forma informal, la que normalmente consiste en solo hacer demostraciones. Las alumnas observan de 10 a 20 intervenciones antes de empezar la práctica. Y después, 20 intervenciones supervisadas antes de hacerla ellas solas. Debido a la falta de profesoras cualificadas y la demanda para servicios RM, las alumnas a veces empiezan las intervenciones sin supervisión y sin tener mucha experiencia. Pero esto no esta recomendado.

En los países pobres donde la contracepción no es muy accesible, la mujeres que piensan que están embarazadas tratan de realizar abortos con palos de madera, alambre, u otros instrumentos, bebiendo sustancias tóxicas, o “douching”4 con mezclas dolorosas. En Nicaragua por ejemplo, las mujeres usan de forma común el alambre de los cables de teléfono para inducir el aborto. Otras recurren a abortistas con poca experiencia que habitualmente usan instrumentos rígidos sin esterilizar. Como resultado, 200.000 mujeres mueren como mínimo cada año, y muchas más acaban infértiles o con problemas de salud de por vida. Además, cientos de miles de niñ@s no tienen madre o tienen una que está demasiado enferma o dañada para poder cuidarlas adecuadamente.

Muchos doctores que hacen RM deberían usar anestesia pero, en algunas clínicas, la única anestesia que se usa es la voz relajante de un consejero. Zarine, una consejera en una clínica de Bangladesh, explica que la mayoría de mujeres que solicitan RM han soportado partos; la mayoría dicen que la incomodidad del procedimiento es bastante tolerable, incluso sin anestesia. En la práctica, la RM se hace de 8 a 10 semanas desde el último periodo, pero en muchos países, la intervención también se hace hasta las 12 semanas desde el último periodo menstrual. No hay estadísticas fiables en la tasa de intervenciones incompletas en Bangladesh u otros países donde se usa el RM, pero la tasa parece ser baja según Zarina porque “la mayoría de mujeres en esos países no vienen hasta las 8-10 semanas desde el último periodo, cuando es fácil de determinar si se ha descuidado una implantación por la examinación del tejido”. RM se practica en Latinoamérica, Asia, en muchos países africanos y en algunos lugares del Este Medio. Cada vez que esta técnica ha sido accesible, la tasa de complicaciones por abortos auto-inducidos y abortos hechos en malas condiciones se ha reducido dramáticamente. En Indonesia por ejemplo, un estudio encontró que la tasa de aborto séptico era un 80% más elevado en áreas en las que la RM (en este caso, succión por curetta) no era accesible, pero donde era accesible, las salas reservadas para casos de abortos sépticos ya no fueron necesarios. Claramente, si la RM se utilizase de forma más amplia, la salud de muchas mujeres – y la vida de muchas otras – se salvaría.

En un momento hostil para la libertad reproductiva, RM y otras técnicas de salud caseras son profundamente relevantes. Las mujeres decidirían conscientemente usar EM o tomar hierbas para el control de la fertilidad por varias razones. Cuando se usan de forma apropiada, estas técnicas son más seguras que el parto, y acabarían con los métodos improvisados que las mujeres desesperadas tienen que usar frecuentemente para prevenir embarazos no deseados.

1 D&C se refiere a una técnica quirúrgica (Dilation And Curettage) que se utiliza para diagnosticar o tratar sangrados uterinos anormales. Primero se dilatan los órganos “reproductivos” pélvicos, se inserta un espéculo en la vagina para abrir las paredes y poder ver el cérvix. Un curette se pasa por el útero y sirve para raspar las paredes uterinas.

2 En 1970, las abogadas recién graduadas de la Facultad de Leyes (Derecho) de la Universidad de Texas, Linda Coffee y Sarah Weddington, presentaron una demanda en Texas representando a Norma L. McCorvey (“Jane Roe”). McCorvey sostenía que su embarazo fue producto de una violación. El Fiscal de distrito del Condado de Dallas, Texas, Henry Wade, representaba al Estado de Texas, que se oponía al derecho de aborto. El Tribunal del distrito falló a favor de Jane Roe, pero rehusó establecer una restricción en contra de las leyes sobre aborto.1
El caso fue apelado en reiteradas oportunidades hasta que finalmente llegó a la Corte Suprema de Justicia de los EEUU, la que finalmente en 1973 decidió que el feto no gozaba de la protección de la Constitución de los EEUU y por lo tanto no podía impedirse su remoción del vientre materno. Esta decisión de la Corte fue interpretada como la legalización del aborto y es válida y vigente para los 50 estados de la Unión.
“Jane Roe” dio a luz a su hija mientras el caso aún no se había decidido. La bebé fue dada en adopción. Roe v. Wade, 410 U.S. 113 (1973) fue decidido finalmente por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, dando lugar a una decisión histórica en materia de aborto. Según esta decisión, la mayoría de las leyes contra el aborto en los Estados Unidos violaban el “derecho constitucional a la privacidad bajo la “cláusula del debido proceso” de la “décimo cuarta enmienda” de la Constitución. La decisión obligó a modificar todas las leyes federales y estatales que proscribían o que restringían el aborto y que eran contrarias con la nueva decisión.

3 Traducido de “developing World”.

4 Douching es lavar la vagina con agua o otras mezclas, normalmente de agua y vinagre, bicarbonato o yodo. Se aplican en la vagina mediante un tubo o inyector.


Nota de las traductoras

Este texto tiene la idea de difundir no solo una parte de la historia (contextualizada en norte América) de autogestión de la salud por mujeres, sino también material para poder aprender y conocer técnicas abortivas. No obstante, tal y como se explica en el inicio del texto, estas técnicas se pueden usar una vez se haya hecho un aprendizaje de las mismas con personas que las han utilizado o con personal médico que pueda aconsejar como hacerlo. Es importante pues, ser conscientes de los peligros que pueden entrañar estas técnicas y de la responsabilidad de llevarlas a cabo.


La diferencia de la situación descrita en este texto y nuestra situación actual es que, pese a que el acceso a la información es relativamente más fácil que en esos momentos, la posibilidad o mejor dicho, la realidad de la creación de grupos de mujeres que trabajen el tema del aborto de forma continua e integrada (es decir, no sólo el momento del aborto y punto) es más bien escasa y precisamente por eso nos parecía interesante reflejar una historia real que pasó hace treinta años y ver como entre unas cuantas, se crearon redes que fueron creciendo y que fueron muy potentes. Quizás un buen punto donde empezar o en el que inspirarse es en los grupos de autogestión de la salud o similares, donde poder reflexionar sobre nuestros roles y cargas en esta sociedad, la responsabilidad de nuestro cuerpo y la autogestión de nuestra salud con la ayuda de otras aprendiendo de experiencias previas.